Sin “photoshop”, eres perfecto/a tal cual como eres

Sí. Así mismo es, eres: perfecto/a.

Todos hemos tenido momentos en que sentimos que no hacemos o somos suficiente. Momentos en los cuales queremos más mientras nos alejamos cada vez más de aquello que realmente somos: seres íntegros y completos.

La publicidad y las redes sociales se nutren de subrayar las deficiencia e insatisfacciones sociales, económicas y de relaciones. ¿Sabías que los algoritmos de las redes te leen y te persiguen a cada parada que haces en el Internet y crean un perfil perfecto para timarte y hacerte sentir menos? La publicidad y las redes sociales nos repiten de mil maneras que lo ordinario, lo que realmente anhelamos para ser felices, lo que somos, tenemos y hemos logrado…no es suficiente.

Pero si algo nos ha enseñado la pandemia, es que con la mascarilla es suficiente. Taparnos el área de la boca, mantener barreras saludables y distancia perfecta para evitar la invasión y la violación de nuestro derechos, emociones y desiciones: ha sido suficiente. No hay que maquillarse, pretender, ni buscar excusas, sabemos que podemos hacer lo que queremos y colectivamente estamos más unidos de lo que pensamos. La lucha en contra de nosotros mismos agota y, seamos francos, para ser como otros y replicar el modelo tendríamos que nacer de nuevo. Yo, personalmente, pienso que es demasiado esfuerzo.

Entonces, ¿por qué no ser más felices aceptando nuestro ser y nuestra situación? Aquí mis recomendaciones para aceptarte sin photoshop, sin editar, sin esconder y sin censura:

1.     Honra tu individualidad: mirate al espejo y…

a.     Date un “high five” como cuando motivas a tu mejor amigo/a o a un familiar - esto te motivará (¡y te hará reir por lo simple que es!).

b.     Repite afirmaciones positivas como: “Me amo y me acepto”, “Soy perfectamente imperfecto/a”, “Amo quien soy”, “_______ (tu nombre) es espectacular”, “Hoy seré mi versión más auténtica”. Cualquier afirmación que te ayude a cambiar el chip de “no soy suficiente”. Debes hacerlo todos los días por 21 días.

2.     Celebra tus talentos:

Haz una lista de todo lo que sabes hacer. Literalmente, saca tu teléfono en la parte de “notes”o escribe en un papel: “Yo sé hacer…” y deja que tu mente haga la lista – no te limites a lo que tu mente cataloga como “productivo” o que te genera dinero. ¿Qué sabes hacer? Te sorprenderás de cuantos dones y habilidades tienes. Celébrate y disfruta.

3.     Celebra tus logros:

Nuevamente, haz una lista. Pero ahora de todo lo que has logrado desde estar vivo/a, haber estudiado, haber tenido una familia, criado, lo que posees…todo es un galardón que has ganado. Inclusive, cuenta los logros “pequeños” que al final del día son los más importantes: el bien que has hecho a otros, la sonrisa diaria de tus hijos, la risa de los amigos y el apoyo de la familia. Celebra tu valentía.

Recuerda: Lleva una vida plena y carga contigo a todos aquellos que te han acompañado en ella. Aprecia lo que te han regalado y llénate de ti mismo/a caminando con la frente muy alto, sin pretender. Nadie es como tú.

No quieras tu ser nadie más, se tu mismo y como dijo Oscar Wilde: “¡sé tu mismo/a, ya todos los demás han sido escogidos!”